La tarea de Bernardita (con alguna ayuda de las visitantes) dio resultados deliciosos. Un caldillo de congrio, las empanadas de mariscos, la sopaipilla, el salmón a la olla, la ensalada pebre (que es una sinfonía de sabores) y otra más con unos choclillos de juguete, después los postres de fruta y helado. ¡Ah… y el buen vino chileno! La charla generosa en anécdotas, las descripciones de los lugares y la música que sonaba en el equipo de audio (la banda Bordemar y otros músicos de Chiloé) permitieron no sólo una buena digestión sino la rica enjundia de las ideas. ¡Hermanos en los sabores y en las palabras, levanto la copa por Bernardita y Pancho!
“En la noche atizamos el fuego, reconstruimos vidas antiguas. Resucitamos muertos, perdonamos a los ausentes y buscamos los mejores años en los agujeros del tiempo” (Reunión, de “Furia y paciencia” de Bernadita Hurtado Low).
Muchas gracias, Carlos, por tus blogs. Son interesantísimos. Llenos de anécdotas e historias que recuerdan tiempos brillantes.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Afectuosamente,
Norma Dus
San Carlos de Bariloche
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