jueves, 2 de febrero de 2012
Cielos y caminos patagónicos, desafíos de libertad
Una canción del grupo de rock “Los Piojos” se llama “Bicho de Ciudad”.
Qué voy a hacer
Con tanto cielo para mi?
Voy a volar,
Yo soy un bicho de ciudad.
¿Qué voy a hacer,
Cuál es el camino a seguir?
Voy a soñar
Con ese beso al regresar.
Cierro los ojos,
No imagino algo mejor
Respiro hondo
Y tomo el vino…
Y no te asustes
Si me río como un loco
Es necesario
Que a veces sea así
Será la vida
Que siempre nos pega un poco
Nos encandila
Con lo que está por venir.
¿Qué voy a hacer
Con tanto cielo para mi?
Voy a volar,
Yo soy un bicho de ciudad.
Bajo un árbol
Me refugio del calor
... en el silencio,
Escucho el río.
Y no te asustes
Si me río como un loco
Es necesario
Que a veces sea así
Será la vida
Que siempre nos pega un poco
Nos encandila
Con lo que está por venir.
Viajando por la Patagonia, del lado argentino y también un poco por Chile, los cielos se imponen en las distancias, cobijando las distancias, manejando la luz y el tiempo. Cielo arriba, piedras y montañas abajo, en permanente desafío; caminos ásperos que sólo se dejan transitar cuando hay perseverancia y pulso firme, poniendo a prueba el entusiasmo de los viajeros.
Los carteles indicadores sobre las cuestas y las bajadas tienen, en Chile, el dibujito de un camión. ¿Será que otro tipo de vehículos no son bienvenidos en estas rutas? Al cronista le llama la atención la calzada angosta de los caminos troncales, en algunos tramos de aquella Carretera Austral que hizo construir el dictador Pinochet, con el sacrificio de obreros y soldados anónimos.
Los cielos y los caminos patagónicos son panoramas de amplitud, puertas abiertas a la libertad, una invitación al encuentro de cada uno con su destino. El cronista, que no es precisamente un “bicho de ciudad” sino apenas un “bicho de pueblo”, también se pregunta ¿qué voy a hacer con tanto cielo para mí?
La mayor parte de las fotos de los cielos patagónicos fueron tomadas por Dalia, una verdadera especialista en el tema. Las imágenes corresponden a diversos tramos de la travesía a Chile, por el paso del río Encuentro (partiendo de Corcovado, Chubut).
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