Cuadernos de Cuba: conveniencia
de alquilar un auto
Una de las comodidades incorporadas recientemente al turismo
en Cuba es la del alquiler de autos. Manejarse con un auto en forma independiente
es apropiado para cubrir las distancias
más largas entre ciudades –que pueden ser de entre 200 y 350 kilómetros- supliendo
las dificultades del transporte en las “guaguas” (los ómnibus) que si bien han
mejorado mucho, con la incorporación de una flota de modernos micros fabricados
en Corea y China, sigue padeciendo problemas de mantenimiento que afectan la
puntualidad de los servicios. Por ejemplo un viaje de La Habana a Trinidad, en
la línea estatal de Vía Azul, que debió cubrirse en un poco menos de seis horas duró efectivamente
casi siete horas, con un atraso de una hora y media en la partida porque el bus
se había roto. ¡Pero el micro que asignaron en reemplazo también empezó a
fallar en la mitad del camino y se quedó definitivamente plantado cuando
faltaban apenas 40 kilómetros para el destino, lo que obligó a trasbordar a
otro que venía atrás con pocos pasajeros!
En Trinidad alquilamos un Kia modelo “Piccanto” 2011,
mediano chico, de 5 puertas. El precio de la renta: 70 CUC por día (0,85 de
dólar por CUC) con seguro y kilometraje libre. El consumo estimado: un tanque
para 350 kilómetros, y cargar de gasolina el tanque bien llenito sale 49 CUC.
Hicimos unos 500 kilómetros (Trinidad-Playa Ancón-Santa Clara-Cayo Santa María-Santa
Clara-Varadero-La Habana) y gastamos unos
70 CUC.
Tres observaciones: la primera es que la totalidad de los
autos de alquiler tienen caja automática, así que es conveniente hacer un poco
de entrenamiento porque nuestra costumbre ancestral de usar el pie izquierdo
para poner el embrague nos juega malas pasadas, y le clavamos el freno a fondo,
con los sacudones consecuentes. ¡Nos divertimos un rato hasta que le tomamos la
mano, mejor dicho los pies!. La otra observación: tanto en las calles urbanas,
muchas veces muy estrechas, como en las rutas (que las hay tipo multitrocha y
otras convencionales de dos manos) hay que tener cuidado con los carritos de
tracción a sangre: humana y de caballo. Abundan los triciclos-taxi en los
pueblos, y en las rutas los carritos de caballo, que circulan por el asfalto y
nos obligan a bajar la velocidad y esperar la ocasión de sobrepaso. Por último: no confiarse en las señales
indicadoras de caminos, porque no existen o están mal colocadas. Llegar desde
el centro de La Habana al Aeropuerto José Martí, en plena noche, fue bastante
complejo, por la falta de iluminación en
algunas rotondas de cruces complejos. Terminamos entrando en un lugar del
aeropuerto de cargas, a 30 cuadras de la
estación de pasajeros; menos mal que nos
manejábamos con más de una hora de tolerancia para el momento del pre embarque.
Pero, en definitiva, el uso de un auto alquilado es
imprescindible si se desea conocer con
algún detalle los bellos y pacíficos pueblos del campo cubano, detenerse a
sacar fotos en los carteles de propaganda revolucionaria que abundan en las
banquinas, apreciar la prolijidad de las granjas comunitarias, meterse en playas vírgenes que están por fuera
de los circuitos turísticos y a tomar un refresco en algún barcito.
Otro dato comparativo: el viaje en algún taxi de coche
americano de los 50 sale siempre un promedio de 15-20 CUC, y a veces en un
mismo día uno puede usar ese tipo de servicio dos o tres veces.
Creo que antes que el alquiler, la mejor opcion es el renting vehiculos. Claro que realmente se justifica en el caso donde los plazos superen el mes
ResponderEliminarHola sabes el nombre del lugar donde alquilaste?
ResponderEliminarAlquilar coche siempre soluciona unas vacaciones. Es cierto que si la estancia es larga, y por ejemplo ya no son unas vacaciones sino un trabajo temporal, lo más conveniente es contratar un coche de renting para ahorrar dinero.
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