Dalia y yo llegamos hasta Los Antiguos sin saber exactamente qué nos encontraríamos por allá. Nos recibió un fuerte ventarrón que embravecía el lago y oscurecía el cielo, por la volatilización de los restos de la ceniza que aún permanecen en las laderas de los cerros y los campos sin cultivar. Al día siguiente pudimos visitar algunas chacras y comprar frutas frescas y dulces. Pero comprobamos que esta población no ofrece servicios organizados al turista, aunque su entorno natural es muy interesante.
martes, 3 de febrero de 2009
Los Antiguos, el pueblo santacruceño que renació de las cenizas
Dalia y yo llegamos hasta Los Antiguos sin saber exactamente qué nos encontraríamos por allá. Nos recibió un fuerte ventarrón que embravecía el lago y oscurecía el cielo, por la volatilización de los restos de la ceniza que aún permanecen en las laderas de los cerros y los campos sin cultivar. Al día siguiente pudimos visitar algunas chacras y comprar frutas frescas y dulces. Pero comprobamos que esta población no ofrece servicios organizados al turista, aunque su entorno natural es muy interesante.
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