martes, 20 de enero de 2009

Patagones-Calafate, la estructura de un planificado viaje por ruta pavimentada




Primero es conveniente diseñar el itinerario en un mapa, calcular distancias y resistencias, planificar los descansos y los sitios para pernoctar. Proponerse un viaje de largo aliento por las rutas patagónicas es tarea sencilla, en la actualidad, teniendo en cuenta que muchos miles de kilómetros se pueden transitar sobre asfalto en aceptables condiciones de mantenimiento. Pero uno no puede evitar una cierta carga de adrenalina, ante la incertidumbre que plantean algunos interrogantes: ¿no tendré problemas mecánicos con el auto?; ¿no me vencerá el cansancio y me convertiré en uno más de los tantos protagonistas de accidentes típicos como el salirse a la banquina y volcar?; ¿encontraré lugares cómodos y de precio accesible para dormir durante el viaje?; ¿cuánta plata gastaré en combustible?.
Las respuestas se irán encontrando en el camino. Las infinitas rutas que trepan hacia el cielo (ver fotos) y los rincones que nos sorprenden con su belleza, aún en medio de las desoladas mesetas, se constituyen en el estímulo adecuado para la marcha.
La propuesta que nos hicimos mi mujer, Dalia, y yo, fue la de llegar desde Carmen de Patagones a Calafate, en dos etapas de viaje inicial. El primer tramo lo hicimos entre la ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires y Caleta Olivia, al sur de Comodoro Rivadavia. Fueron 1.030 kilómetros de recorrido en algo más de 11 horas y media de viaje, con paradas para reaprovisionamiento de nafta de Sierra Grande, Garayalde (al sur de Trelew) y Comodoro Rivadavia, más las necesarias visitas al baño y la recarga de agua para el termo del mate. No hicimos almuerzo, para no demorarnos y, sobre todo, porque no es conveniente cargar el estómago en viajes largos y sí, en cambio, beber suficiente líquido. El gasto de nafta (la especial de YPF: Fangio XXI) fue de unos 165 pesos, pagando el precio promocional patagónico, por supuesto.
La primera noche dormimos en un residencial de Caleta Olivia, a razón de 140 pesos la habitación doble, para cenar el gasto fue de 40 pesos por cabeza. Precios razonables en esta ciudad petrolera, que rinde desmesurado homenaje al trabajador del sector (ver otra nota, después).
El tramo siguiente fue Caleta Olivia-Calafate, con detenciones en Comandante Piedra Buena (sobre ruta nacional 3) y La Esperanza (ya en la provincial santacruceña 5, que une Río Gallegos con Calafate). Avanzamos 980 kilómetros, entre las 7,45 y las 18,15, con una rutina similar a la del día anterior: parar para cargar nafta y descargar nuestros fluidos humanos, tomar mate y un breve sanguche. El consumo de combustble fue un poco mayor que el día anterior. En total, desde Carmen de Patagones a Calafate, todo por pavimento, el gasto de nafta fue de 359,40 pesos, con un auto Fiat Palio 1.8. (En artículos posteriores, ascendentes en el orden del blog, apreciaciones imprescindibles sobre el Glaciar y otros aspectos de Calafate).
Un solo comentario final, para este apunte, la mala planificación de la red vial de Santa Cruz nos obliga a quienes viajamos desde el norte a extender en más de 400 kilómetros el recorrido por ruta pavimentada. Si estuviera asfaltada la ruta 9, que arranca desde el parque nacional Monte León (al sur de Piedra Buena) esa cantidad de kilómetros serían ahorrados; pero en cambio, en la actualidad, hay que bajar hasta la altura de Río Gallegos y después remontar hacia el sudoeste, para poder acceder a Calafate.

2 comentarios:

  1. Es muy gratificante este Blog. Las imágenes son muy buenas. Aunque transmiten una sensación de "desolación" por los largos recorridos solitarios.

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  2. si no sos patágónica pueden parecerte desolados, pero nosotros vemos donde nadie ve nada, es hermosa nuestra tierra!!

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