Sabemos muy poco acerca de la araucaria. Todo lo que podemos averiguar en la wikipedia (Oh, Diosa de la certera información express!) será poco cuando nos encontremos frente a frente con uno de estos magníficos ejemplares de 40 y quizás hasta 60 metros de altura, que guardan celosamente el misterio de la fecundación bisexual tan poco común entre los vegetales y la leyenda de su longevidad. Su generoso fruto (ese “pehuén” que dio nombre al pueblo “pehuenche” y luego se corrompió en “araucaria” y “araucano” por influencia de la lengua del conquistador) brindó alimento natural a muchas generaciones de esa gente de la tierra, y hoy es atracción curiosa en las casas de venta de recuerdos para el turista. Hace ya bastante que se puso coto a la explotación sistemática del recurso y así terminó la existencia de la elegante “madera terciada” que se industrializaba en Estados Unidos e Inglaterra, para volver a nuestros países con alto valor agregado.
jueves, 17 de febrero de 2011
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